Según uno se va alejando de Tegus
hacia Nicaragua por El Paraíso (departamento limítrofe con
Nicaragua),la sensación de inseguridad disminuye considerablemente
y al entrar en Nicaragua la sensación (con perdón de mis queridos
amigos hondureños) sigue al alza, al menos inicialmente.En el mismo
momento de ingresar a Nicaragua, es muy perceptible la influencia e
importancia del movimiento sandinista en la idiosincrasia del país. Una vez pasada la frontera, ya se encuentran varios carteles
propagandísticos del actual partido en el poder; FSLN, dirigido por Daniel Ortega, célebre ex
combatiente sandinista y presidente electo del país desde 2007 (según algunos detractores y no tanto,de una forma algo dudosa) Tras varias horas de
viaje, llegamos ya de noche a Somoto,donde queríamos conocer su
célebre cañón. Llegamos tan agotados y yo además tan mentalmente
exhausto, que caímos rendidos, sólo nos dio tiempo a darnos una
pequeña vuelta por el pueblo para hacernos una idea de como era
este, hacer un intento frustrado de sacar dinero y tomar algo para
matar el hambre. Cómo mencionaba previamente, la importancia del
sandinismo (al menos en esta parte del país), es bastante destacable
y de hecho, casi todas las bases de las farolas del pueblo estaban
tintadas del rojo y negro (los colores de la bandera sandinista), o
con la efigie de Augusto César Sandino (el héroe nacional que
inspiró la creación del movimiento), y las siglas FSLN (Frente
Sandinista de Liberación Nacional) se divisan por doquier en las
paredes de las calles normalmente acompañadas de consignas
ensalzando el movimiento sandinista.
Tras un frugal desayuno, nos dirigimos
pues hacia el célebre cañón de Somoto. El cañón en si, es ideal
para iniciarse en la práctica del barranquismo, es un cañón con
varias pozas con saltos fáciles y limpios, con varios tramos de
nadar y no hace falta montar ni un solo rapel, de ahí su popularidad
en todo el país, de hecho, es un cañón que bien se puede hacer sin
guía para quien tenga un conocimiento de barranquismo básico.
Cabe destacar que durante todo el
camino, nuestro guía, nos mencionó que había un francés al que
llamaban “Juanito”, y que había llegado hacía más de un año y
le había gustado tanto el lugar, que decidió quedarse a vivir allá,
cuál sería mi sorpresa cuándo nos encontramos al final del cañón
a mi antiguo compañero de viaje ¡Yannick!, con quién había
viajado unos días por Honduras allá por Agosto del 2010, eso
sí,unas 25 libras más delgado (me costó reconocerle al principio
he de admitir) y que justo había bajado de la comunidad donde vivía
para ir a ver el partido del Barça. Me comentó que por problemas
con la tarjeta de débito, estaba actualmente varado allá y que una
vez resolviera esos inconvenientes, reanudaría la marcha, por
mientras, trabajaba la tierra con la gente de la comunidad donde
residía para poder sobrevivir
Tras salir del cañón, nos apuramos
todo lo que pudimos, pues nuestro objetivo era llegar a la ciudad de
León esa noche, pero llegamos demasiado tarde a Estelí, por lo que
decidimos hacer noche en Matagalpa. Como al día siguiente el bus
para León salía muy temprano, sólo nos dio tiempo a ver de
Matagalpa lo que permite un breve paseo nocturno, así que el paso
por “la perla del Norte”; como es conocida en Nicaragua, fue más
bien anecdótico.
Al día siguiente, en pleno inicio de
la Semana Santa, llegamos a la ciudad de León, una de las ciudades
coloniales más bellas del país, la cuál posee la mayor cantidad de
edificios religiosos de Centroamérica (entre ellos la Catedral más
grande de Centroamérica), pero que paradójicamente es el centro
neurálgico del movimiento sandinista, y la ciudad tradicionalmente
más liberal del país, además de ser considerada por muchos como la
capital intelectual del país, pues allí se encuentra la sede de la
UNAN (Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua). Precisamente es
en las fachadas aledañas a la zona universitaria, que se puede
encontrar una gran cantidad de murales alusivos al movimiento
sandinista, y a los movimientos revolucionarios estudiantiles,
especialmente el de 1959 que fue sangrientamente reprimido por el
ejército del entonces dictador Anastasio Somoza.
Además de todo esto, León fue la cuna
del nicaragüense quizás más conocido de la historia, el poeta
Rubén Darío de quien hay,calles, avenidas,plazas,estatuas y demás
mentadas en su honor, diseminadas por todo el país.
Continuando con la temática
sandinista, hicimos una visita al pintoresco museo de la revolución,
desde cuyo techo hay unas muy buenas vistas de la ciudad
(especialmente de la catedral) y donde una antiguo combatiente
sandinista, nos estuvo explicando con imágenes y archivos de la
época, el origen de Augusto César Sandino, el surgimiento y la
fundación del movimiento sandinista, así como relatos sobre su
participación en la insurrección de 1978 en León, de las torturas
a las que fue sometido cuándo le capturaron, la guerra contra la
“Contra”, que desde territorio hondureño y financiada por
Estados Unidos (que no quería nada que oliera mínimamente a
comunista o revolucionario en su patio trasero) hostigó durante
varios años al país obligándole a invertir gran parte de su
presupuesto en mantener su soberanía, y un sinfín de historias y anécdotas de aquellos días.
Como mencionaba previamente, estábamos
en plena Semana Santa, por lo que también asistimos a algunas de las
procesiones que tuvieron lugar toda la semana en varios puntos de la
ciudad, y así ver como una tradición cuyo origen data de los
tiempos de la colonia española,es vivida en estas tierras y poder
observar sus rasgos particulares. Cabe destacar que la parte Oeste de
la ciudad conocida como Sutiava, es la que alberga las procesiones
que convocan a más adeptos, además de otra tradición única en
León, la calle de las alfombras,
que es básicamente una serie de mosaicos hechos a base de serrín
con tinta (para darle los diferentes colores) y por supuesto de
temática religiosa, que se hacen a lo largo de 4 cuadras. Luego de
ser completadas, la procesión pasa ese mismo día por la noche y las
aplasta una a una a su paso
Eso sí, no sólo iba a ser una Semana
Santa puramente cultural, y aún nos quedó tiempo para hacer
actividades al aire libre, concretamente nos decidimos por subir al
Cerro Negro, uno de los volcanes que se encuentran en las
inmediaciones de León; y que aunque últimamente no ha dado mucha
guerra, sigue activo, y bajarlo utilizando una tabla parecida a la de
snowboard. Casualidades de la vida, en la misma agencia en la que
pillamos nosotros el tour, venía también una pareja española;
Emilio y Adelina, que llevan ya un largo tiempo en Managua, y a los
que les estaban haciendo un reportaje del programa “españoles por
el mundo”, así que lo más probable es que Carlos y yo hagamos una
breve aparición en el programa que emiten para el 22 de
Mayo.
Llegado el Sábado Santo, decidimos que
ya era de dejar León y decidimos darnos un garbeo por la capital;
Managua. Esperábamos poco movimiento debido a que todavía estábamos
en Semana Santa, pero es que directamente parecía que hubiéramos
venido a una ciudad fantasma...así que al final sólo hicimos una
visita de rigor a la “Plaza de la Revolución”, dónde se
encuentran entre otros , el Palacio Nacional de la Cultura, el Teatro
Nacional y la Catedral Vieja, completamente derruida y que permanece
como recuerdo del devastador terremoto que en 1972 asoló Managua.
Esa misma noche,aún nos quedó tiempo
para quedar con Emilio y Adelina a cenar en su casa, tomar unos vinos
y jugar unos futbolines. A la mañana siguiente, marchábamos
dirección Granada concluyendo nuestra breve visita a la capital y
continuando inexorablemente hacia elSur.
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